Volver al Blog

Design Thinking: La Metodología que Revoluciona el Diseño UX/UI

24 de junio de 2025 (2 semanas)

Design Thinking en UX/UI

Hace unos años, cuando empecé en el mundo del diseño UX/UI, me frustraba constantemente ver cómo muchos proyectos fallaban no por falta de talento técnico, sino porque simplemente no resolvían problemas reales. Fue entonces cuando descubrí el Design Thinking, y honestamente, cambió por completo mi forma de abordar cada proyecto.

Esta metodología no es solo otra moda del diseño. Es la razón por la cual empresas como Apple logran crear productos que la gente ama visceralmente, o por qué Google puede simplificar procesos complejos hasta hacerlos intuitivos. Y lo más interesante es que no es magia, es un proceso que cualquier diseñador puede aprender y aplicar.

La filosofía detrás del Design Thinking

Lo que me enamoró del Design Thinking desde el primer momento es su filosofía fundamental: poner al ser humano en el centro de todo. Suena obvio, ¿verdad? Pero te sorprendería saber cuántos proyectos he visto que se enfocan más en las limitaciones técnicas o en los caprichos del cliente que en las necesidades reales de quien va a usar el producto.

Hay algo que siempre me ha llamado la atención: las empresas más exitosas de las últimas décadas no fueron fundadas por MBAs o expertos en finanzas, sino por ingenieros y diseñadores. Steve Jobs, los fundadores de Google, Mark Zuckerberg... todos tenían algo en común: pensaban primero en el usuario, no en el negocio. Y esa mentalidad es exactamente lo que el Design Thinking nos enseña a cultivar.

Cómo aplicar Design Thinking en tus proyectos (sin volverse loco en el intento)

Después de años aplicando esta metodología, he aprendido que no se trata de seguir pasos rígidos, sino de adoptar una mentalidad diferente. Te voy a contar cómo lo hago yo, con ejemplos reales de proyectos en los que he trabajado.

Primero, conoce realmente a tu usuario

Recuerdo un proyecto donde el cliente insistía en que necesitaba "más botones" en su app. Antes de abrir Figma, decidí pasar una tarde en una cafetería observando cómo la gente realmente usaba aplicaciones similares. Lo que descubrí me sorprendió: nadie prestaba atención a los botones, todos buscaban información específica de forma casi desesperada.

Esa observación cambió todo el enfoque del proyecto. En lugar de agregar más elementos, simplificamos la navegación y priorizamos el contenido. El resultado fue una app que la gente realmente quería usar, no solo una que se veía bien en las presentaciones.

La clave aquí es salir de tu burbuja de diseñador. Habla con usuarios reales, obsérvalos en su entorno natural, entiende sus frustraciones genuinas. Y por favor, no te conformes con lo que te dice el cliente que "cree" que necesitan sus usuarios.

La empatía como superpoder

La empatía en diseño UX va mucho más allá de hacer preguntas en una entrevista. Se trata de captar esos pequeños gestos, esas pausas incómodas, esa frustración que el usuario no verbaliza pero que su lenguaje corporal grita.

En otro proyecto, noté que los usuarios siempre fruncían el ceño en una pantalla específica, aunque decían que "estaba bien". Esa micro-expresión me llevó a descubrir que el copy era confuso, algo que nunca habrían admitido directamente. Cambiar esas pocas palabras mejoró la conversión en un 40%.

Define el problema real (no el que crees que es)

Aquí viene la parte difícil: convertir todas esas observaciones en una declaración clara del problema que realmente necesitas resolver. Y te voy a ser honesto, la mayoría de las veces el problema real es completamente diferente al que el cliente te planteó inicialmente.

En un proyecto de e-commerce, el cliente estaba convencido de que necesitaba "mejorar el checkout" porque tenía mucho abandono de carrito. Después de investigar, descubrimos que el problema no estaba en el checkout, sino en que los usuarios no confiaban en la calidad de los productos porque las fotos eran terribles. Cambiamos el enfoque completamente y los resultados fueron increíbles.

La clave es ser brutalmente honesto sobre lo que realmente está pasando, aunque eso signifique tener conversaciones incómodas con el cliente.

Brainstorming sin límites (pero con propósito)

Esta es mi parte favorita del proceso. Aquí es donde puedes ser completamente loco con las ideas. Pero ojo, no se trata de generar ideas random, sino de explorar todas las formas posibles de resolver el problema específico que definiste.

Una técnica que me funciona muy bien es involucrar a personas que no son diseñadores en estas sesiones. Los desarrolladores, los de marketing, incluso el CEO, todos aportan perspectivas que yo jamás habría considerado. Algunas de mis mejores soluciones han salido de comentarios "ingenuos" de personas ajenas al diseño.

Prototipa rápido, falla rápido

Los prototipos son tu mejor amigo para validar ideas sin gastar una fortuna en desarrollo. Y cuando digo rápido, me refiero a que puedes empezar con sketches en servilletas si es necesario.

He visto diseñadores que se obsesionan con hacer prototipos perfectos en Figma antes de mostrarle nada a nadie. Error. Yo prefiero mostrar algo "feo" pero funcional lo antes posible. Es increíble cómo un wireframe básico puede generar conversaciones que un mockup perfecto nunca provocaría.

Testea con humanos reales (no con tu mamá)

Esta es la fase donde muchos proyectos se salvan o se hunden. Testear con usuarios reales te va a dar insights que jamás imaginaste. Y por favor, no hagas como ese diseñador que conozco que "testea" sus diseños con su familia.

Una vez estaba súper orgulloso de una interfaz que había diseñado para una app de delivery. Era limpia, moderna, seguía todas las mejores prácticas. Cuando la testé con usuarios reales, descubrí que nadie entendía cómo agregar extras a su pedido. Algo tan básico que yo daba por sentado era completamente confuso para ellos. Esa humildad que te dan los tests de usabilidad no tiene precio.

Por qué funciona tan bien en nuestro trabajo

Después de años aplicando Design Thinking, he notado que esta metodología encaja perfectamente con lo que hacemos como diseñadores UX/UI por varias razones que van más allá de lo obvio.

Primero, te salva de cometer errores costosos. No puedo contar las veces que he visto equipos enteros trabajando meses en una funcionalidad que nadie pidió, solo porque "sonaba bien en la reunión". Cuando validas ideas desde el principio, evitas esos desastres que todos hemos vivido.

Pero lo que más me gusta es cómo te obliga a salir de tu zona de confort creativa. Es fácil caer en patrones de diseño que ya conoces, usar los mismos componentes de siempre, seguir las mismas estructuras. El Design Thinking te empuja a preguntarte "¿y si lo hacemos completamente diferente?" Y ahí es donde nacen las soluciones realmente innovadoras.

También he notado que mejora dramáticamente la colaboración en los equipos. Cuando involucras a desarrolladores, product managers y stakeholders en el proceso de descubrimiento, todos entienden mejor por qué estás tomando ciertas decisiones de diseño. Ya no eres "el diseñador que hace cosas bonitas", sino el que resuelve problemas reales.

Consejos para tu próximo proyecto

Si quieres empezar a aplicar esto en tu trabajo, te voy a dar algunos consejos prácticos que me han funcionado:

No te apresures a abrir Figma. Sé que es tentador, especialmente cuando el cliente está presionando por "ver algo", pero dedica tiempo real a entender el problema. Esas horas de investigación inicial te van a ahorrar semanas de rediseños después.

Involucra a los usuarios desde el primer día, no al final cuando ya tienes todo "listo". Sus insights van a cambiar completamente tu perspectiva, y es mejor que eso pase temprano en el proceso.

Acepta que vas a iterar. Mucho. El primer diseño nunca es el final, y eso está bien. De hecho, si tu primer diseño es perfecto, probablemente significa que no estás siendo lo suficientemente ambicioso.

Y por favor, documenta todo. Esos aprendizajes que parecen obvios hoy van a ser oro puro en tu próximo proyecto similar.

Mi reflexión personal

El Design Thinking cambió mi forma de ver el diseño. Antes me obsesionaba con que todo se viera perfecto, con seguir las últimas tendencias, con impresionar a otros diseñadores. Ahora me obsesiono con resolver problemas reales de personas reales.

En un mundo donde la tecnología avanza tan rápido que a veces perdemos de vista para qué sirve, esta aproximación humana se vuelve más importante que nunca. Nosotros, como diseñadores, tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que toda esa tecnología realmente mejore la vida de las personas, no que la complique más.



Si has llegado hasta aquí, probablemente algo de esto te haya resonado. Me encantaría saber si ya has experimentado con Design Thinking en tus proyectos, o si esto te ha dado ganas de probarlo en tu próximo trabajo.

Siempre estoy abierto a conversar sobre estos temas, especialmente si tienes experiencias o perspectivas diferentes. Puedes encontrarme en LinkedIn si quieres seguir la charla.

Volver al Blog